En un lugar, donde la naturaleza se despliega en todo su esplendor, se encuentra una parcela en esquina de forma trapezoidal. Su fachada exterior se extiende a lo largo de más de cincuenta metros, mientras que su superficie total de 760 metros cuadrados se encuentra delimitada por medianeras al norte y al este.
La vivienda que se erige en esta parcela es mucho más que un simple refugio. Es un hogar que se funde con la naturaleza circundante, una obra que respeta y armoniza con el entorno en el que se asienta. La fachada principal y la entrada a la casa se encuentran orientadas hacia la calle Cedro, donde un acceso peatonal y rodado conduce al corazón del hogar. El resto de las lindes, al norte y al este, son medianeras que delimitan su territorio, protegiéndolo de miradas indiscretas y del ruido del mundo exterior.